Causas:
Económicas
La crisis de 1873 provocó el descenso de los precios, y con ello el proteccionismo, es decir, la protección de los productos propios de cada país prohibiendo la entrada de artículos extranjeros o gravándolos con impuestos.
Demográficas
Búsqueda de materias primas y fuentes de energía.
El excesivo crecimiento industrial había agotado las materias primas y fuentes de energía de Europa, y por lo tanto había que buscar nuevos abastecedores.
Capitales.
Estos países industrializados habían generado tal cantidad de capitales que no resultaba rentable invertirlos en su país. Estos capitales irán destinados a financiar nuevas industrias en otros territorios.
En Europa, entre 1850 y 1914, se produjo un gran aumento demográfico, llegando incluso a duplicarse su población, por lo que en algunos países empezaban a escasear los recursos. Gran parte de la población, unos 40 millones de europeos, no tenía otra salida que marcharse a las colonias de su respectivo país ya que no contaban con trabajo, ni con alimentos suficientes para abastecerse todos y cambiaron su residencia en busca de riquezas y mejores condiciones.
Militares
El periodo entre 1871 y 1914 fue de paz entre las principales potencias europeas, la denominada Bella Época (Belle Époque). La disponibilidad de un creciente potencial demográfico para el alistamiento se puede emplear en territorios extra europeos, siguiendo o precediendo a la expansión colonial económica de las empresas y a la emigración-
Consecuencias
Demográficas: En general, la población sufrió un incremento al disminuir la mortalidad, por la introducción de la medicina moderna occidental y mantenerse una alta natalidad. Ello se tradujo en un desequilibrio entre población y recursos, que aún hoy día persiste. No obstante, en algunas zonas, la población autóctona sufrió una drástica reducción (especialmente durante la primera fase del imperialismo), como consecuencia de la introducción de enfermedades desconocidas (viruela, gripe, etc.). En otros lugares, la población indígena fue simplemente reemplazada por colonos extranjeros.
-Económicas: La explotación económica de los territorios adquiridos hizo necesario el establecimiento de unas mínimas condiciones para su desarrollo. Se crearon infraestructuras (puertos, ferrocarriles) destinados a dar salida a las materias primas y agrícolas que iban destinadas a la metrópolis. Las colonias se convirtieron en abastecedoras de lo necesario para el funcionamiento de las industrias metropolitanas, mientras éstas colocaban sus productos manufacturados en los dominios. La economía tradicional, basada en una agricultura autosuficiente y de policultivo, fue sustituida por otra de exportación, en régimen de monocultivo, que provocó, en gran medida, la desaparición de las formas ancestrales de producir y la extensión de cultivos tales como el café, el cacao, el caucho o el té, que alteraron el paisaje.
-Sociales: Las consecuencias sociales se manifestaron en la instalación de una burguesía de comerciantes y funcionarios procedentes de la metrópoli que ocuparon los niveles altos y medios de la estructura colonial. En algunos casos, se asimilaron determinados grupos autóctonos dentro de la cúspide social. Se trataba de las antiguas élites dirigentes y de miembros de determinados cuerpos del ejército o la función pública colonial. En ambos casos su asimilación fue acompañada de una profunda occidentalización. Cuando, a raíz del proceso de descolonización, comienzan a surgir estados a partir de lo que fueron colonias, esos grupos sociales ocuparán una posición relevante en la administración y el gobierno de los nuevos países (ej. Gandhi en la India). Junto a esas minorías, la inmensa mayoría de la población autóctona sufrió un generalizado proceso de proletarización que se constituyó en una inagotable fuente de mano de obra barata destinada a atender la creación de infraestructuras y al trabajo en la agricultura de plantación.
-Políticas: Los territorios dominados sufrieron un mayor o menor grado de dependencia respecto a la metrópoli, en función del tipo de organización administrativa que les fue impuesto. Sin embargo, esta dependencia no estuvo exenta de conflictos, que fueron el germen de un antiimperialismo protagonizado generalmente por las clases medias nativas occidentalizadas, que reclamaban la toma en consideración de las tradiciones autóctonas. Ello se canalizó a través de las premisas del juego democrático que las metrópolis defendían para sí mismas pero que negaban a sus colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional, etc. Un ejemplo temprano donde se plasma el espíritu de estos movimientos es el nacimiento del Partido del Congreso en la India, liderado por Mohandas K. Gandhi, que extendió su base entre los miembros más humildes de la sociedad colonial.
-Culturales: El imperialismo condujo a la pérdida de identidad y de valores tradicionales de las poblaciones indígenas y a la implantación de las pautas de conducta, educación y mentalidad de los colonizadores. Asimismo, supuso la adopción de las lenguas de los dominadores (especialmente el inglés y el francés). Ello arrastró a una fuerte aculturación. La religión cristiana (católica, anglicana, protestante, etc.) desplazó a los credos preexistentes en muchas zonas de África o bien se fusionó con esas creencias, conformando doctrinas de carácter sincrético. Sin embargo, en Asia y el mundo musulmán el resultado de la evangelización fue menor que en el África negra, al estar allí firmemente arraigadas antiguas religiones, complejas y muy estructuradas.
-Geográficas: Los mapas políticos se vieron alterados por la creación de fronteras artificiales que nada tenían que ver con la configuración preexistente y que supusieron la unión o división forzada de grupos tribales y étnicos diferentes, provocado innumerables conflictos políticos sociales y étnicos, que persisten hoy día.
Justificación del Imperialismo
El Imperialismo tuvo notable difusión entre la opinión pública, predominando la idea de que el Imperialismo tiene una misión civilizadora y debe eliminar todo resto de cultura indígena e implantar la cultura occidental. Para justificar estas ideas surgieron varias teorías. Estas teorías pueden agruparse según su argumento principal:
El interés nacional de las potencias. La expansión colonial beneficiaba a la nación en su conjunto. Las colonias eran importantes desde el punto de vista militar, económico y comercial. Los defensores de esta idea fueron: Diraeli de Gran Bretaña y Jules Ferry de Francia.
La misión civilizadora del hombre blanco. Idea compartida por religiosos, científicos y aventureros. El teórico destacado es: J. Chamberlain.
Posturas críticas contra el imperialismo. Destacan: Hobson y Kautski. Acusan a determinados grupos sociales de beneficiarse en exclusiva de la explotación de las colonias y de la presión a las masas a favor de este dominio. Creían que las colonias no eran necesarias para el desarrollo nacional y afirmaban que era preferible invertir los gastos coloniales en mejorar el nivel de vida de los ciudadanos de la metrópolis, por lo tanto, el imperialismo era un instrumento de las oligarquías dominantes.
Necesidad del capitalismo financiero. Un grupo de la izquierda socialista, como Rosa Luxemburg, opinan que el imperialismo era una etapa indispensable en la evolución del capitalismo, pero criticaban al imperialismo por ser un medio de explotación, y porqué no era necesario para el triunfo de la revolución proletaria